Relación entre desnutrición y depresión en mujeres adultas mayores en la consulta de un hospital de Quito, 2017 |
INTRODUCCIÓN. La desnutrición y la depresión son problemas frecuentes en adultos mayores y tienen características propias. Varios factores modificables están asociados. OBJETIVO. Determinar la existencia de relación entre desnutrición y depresión en mujeres mayores de 65 años atendidas en la consulta externa del Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín en el año 2017. MATERIALES Y MÉTODOS. Estudio relacional, transversal en mujeres con estado nutricional normal y desnutrido. La muestra fue de 160 mujeres adultas mayores, en dos grupos de 80 pacientes con y sin desnutrición. Se aplicaron las escalas de: Yesavage para depresión, de Katz para dependencia y de Gijón para valoración socio-familiar. La asociación se estableció mediante Chi Cuadrado de homogeneidad, la fuerza de asociación se midió con Razón de prevalencia. RESULTADOS. La proporción de depresión en pacientes con desnutrición fue el doble que en las no desnutridas, p valor de 0,003 y OR de 2,82 (1,42-5,59). Además, se encontró relación estadísticamente significativa entre desnutrición con: viudez, baja instrucción, bajos ingresos, dependencia, poca ayuda social, aislamiento; y, vivienda con barreras arquitectónicas. CONCLUSIÓN. Existió asociación entre desnutrición y depresión. Las pacientes con desnutrición tienen más probabilidades de presentar síntomas depresivos.
Palabras Clave: Desnutrición; Depresión; Adulto Mayor; Actividades de la Vida Diaria; Encuesta socioeconómica; Visita a Consultorio Médico.
NTRODUCTION. Malnutrition and depression are frequent problems in older adults and
have their own characteristics. Several modifiable factors are associated. OBJECTIVE. To
determine the existence of a relationship between malnutrition and depression in women
over 65 years of age treated in the outpatient clinic of the Carlos Andrade Marín Specialty
Hospital in 2017. MATERIALS AND METHODS. Relational, cross-sectional study in
women with normal and malnourished nutritional status. The sample was 160 older adult
women, in two groups of 80 patients with and without malnutrition. The following scales
were applied: Yesavage for depression, Katz for dependency and Gijón for socio-family
assessment. The association was established by Chi Square of homogeneity, the strength
of association was measured with Reason of prevalence. RESULTS. The proportion of
depression in patients with malnutrition was double that in the non-malnourished, p value
of 0,003 and OR of 2,82 (1,42-5,59). In addition, a statistically significant relationship was
found between malnutrition with: widowhood, low education, low income, dependency,
little social help, isolation; and, housing with architectural barriers. CONCLUSION. There
was an association between malnutrition and depression. Patients with malnutrition are
more likely to have depressive symptoms.
Keywords: Malnutrition; Depression, Aged; Activities of Daily Living; Socioeconomic Survey; Office Visits.
La esperanza de vida ha aumentado en el mundo a 72,7 años para los hombres y a 78,1 para las mujeres. Para el año 2050 se espera que un 21,0% de la población sea mayor de 65 años1. En el Ecuador la esperanza de vida, según datos oficiales, es de 72,7 años para hombres y 78,7 años para mujeres. La morbilidad en el adulto mayor (personas mayores de 65 años) es alta y también es alta la demanda por el uso de los servicios de salud y, en conjunto, las enfermedades crónicas aumentan la dependencia de los ancianos para realizar actividades de la vida diaria2. Según la Encuesta de Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE) en Ecuador, 7 de cada 10 adultos mayores solicitaron atención en los servicios de salud durante los últimos 4 meses, de los cuales, el 38,0% de atenciones se realizaron en unidades de salud estatales3.
El estado nutricional es el resultado del balance de la ingesta de nutrientes y del gasto calórico proteico para cubrir las necesidades fisiológicas óptimas; las anormalidades de esta condición son consideradas como desnutrición y en el otro extremo están el sobrepeso y la obesidad4. El adulto mayor, por el proceso de envejecimiento fisiológico, es más propenso a padecer diferentes enfermedades, uno de estos procesos patológicos constituye la desnutrición, la cual en países en vías de desarrollo tiene una elevada prevalencia. Se considera Desnutrición a la pérdida involuntaria de peso mayor de 4,0% anual o 5,0% semestral; índice de masa corporal menor de 18,5, hipoalbuminemia, hipocolesterolemia5.
La prevalencia de desnutrición en el adulto mayor, va de 2,0 a 40,0%6. La prevalencia depende de la población estudiada, variando según la geografía, la distribución de edades y la situación de vida. Una revisión de los resultados de la Mini Evaluación Nutricional (MNA) en entornos y países de Europa, Estados Unidos y Sudáfrica reportó una prevalencia de desnutrición de 22,8% entre 4507 personas con edad promedio de 82,3 años y un 75,2% de mujeres7. Las necesidades nutricionales del adulto mayor están determinadas por múltiples factores, que incluyen problemas de salud específicos y el compromiso de su sistema orgánico; el nivel de actividad, el gasto de energía y los requerimientos calóricos; la capacidad de acceder, preparar, ingerir y digerir alimentos; y, preferencias personales de comida. Se considera que una pérdida de peso significativa en el ámbito clínico cuando: es ≥2 por ciento de disminución del peso corporal basal en un mes; ≥5 por ciento de disminución en tres meses; y , ≥10 por ciento en seis meses8.
Factores fisiológicos que influyen en la pérdida de peso del anciano son, entre otros, disminución de la sensibilidad del gusto y del olfato, retraso en el vaciamiento gástrico, saciedad temprana y deterioro en la regulación de la ingesta de alimentos. La edad aumenta el umbral para la detección de olores y disminuye la intensidad percibida del olor9. El número de papilas gustativas permanece constante, pero los umbrales para el reconocimiento de sal y otros sabores específicos aumentan.
Disminución de la tasa de vaciamiento gástrico en adultos mayores dan como resultado una distensión antral prolongada con hambre reducida y aumento de la saciedad. El envejecimiento puede influir en la producción y / o sensibilidad del sistema nervioso central a varias hormonas digestivas que se cree están involucradas en la saciedad: el glucagón, el péptido-1 similar al glucagón (GLP-1), la colecistoquinina (CCK), la leptina y la grelina son señales de saciedad periférica y parecen ser menos detectadas por el cerebro con la edad avanzada10.
La falta de capacidad para compensar los períodos de baja ingesta de alimentos debido a enfermedad u otras dificultades puede ocasionar cambios de peso persistentes a largo plazo, en especial cuando se combinan con factores sociales, médicos o psicológicos que pueden afectar de forma negativa al peso corporal. La pérdida involuntaria de peso puede deberse a una variedad de factores, incluyendo: ingesta dietética inadecuada; pérdida del apetito (anorexia); desuso o atrofia muscular (sarcopenia); efectos inflamatorios de la enfermedad (caquexia) o una combinación de estos factores.
Existen múltiples causas de pérdida de peso debido a insuficiencia ingesta de nutrientes Estos incluyen aspectos sociales (Ej. pobreza, aislamiento), psicológicos (Ej. depresión, demencia), médicos (Ej. edentulismo, disfagia) y farmacológicos. Un estudio longitudinal encontró que la calidad de la dieta está relacionada con varios factores sociales como apoyo social, red social y amplia participación en actividades de ocio11.
Los dos trastornos neuropsiquiátricos más frecuentes en el adulto mayor son la demencia y la depresión. La prevalencia de depresión varía de acuerdo con el tipo de población y el desarrollo de los países, la prevalencia general se estima en 13,5%12. Según el estudio Eurodep, Islandia con 8,8% presentó el valor más bajo y Alemania con el 23,6% el más alto13. Un estudio prevalencia utilizando los criterios de episodio depresivo (CIE-10) en varios países, en el que participaron 17000 personas mayores de 65 años reportó: Cuba 4,9%, República Dominicana 13,8%, Puerto Rico 2,3%, China urbana 0,3%, China rural 0,7%, India urbana 3,9%, India rural 12,6% y Nigeria 0,5%14. Según la encuesta de Salud, Bienestar y Envejecimiento, en Ecuador el 39,1% de adultos mayores presentaron depresión en el último año15.
La depresión es un factor importante de desnutrición del adulto mayor en todos los entornos. Varios factores socio económicos son comunes en ambas enfermedades. Se ha realizado estudios con varios suplementos vitamínicos como vitamina B12, ácido fólico y hemocisteína para disminuir los síntomas de depresión pero los resultados han sido contradictorios16,17. También se ha visto que la intervención en factores sociales simples como el acompañamiento en las comidas, tiene efecto positivo sobre la desnutrición y la depresión18,19.
El objetivo del estudio fue estimar la prevalencia de depresión en mujeres adultas mayores con desnutrición que acudieron a la consulta externa del Hospital Carlos Andrade Marín de Quito y establecer la existencia de relación entre la desnutrición y la depresión diagnosticada con la Escala de Depresión Geriátrica. Además se estudiaron factores socio-económicos y demográficos relacionados.
Se realizó un estudio relacional, transversal. Se desarrolló prueba de hipótesis con análisis bivariado. La hipótesis del investigador: existe asociación entre la desnutrición y depresión en adultas mayores.
La muestra de pacientes con y sin desnutrición se calculó mediante fórmula para estimación de frecuencias con marco muestral desconocido y con una prevalencia de desnutrición de 4,0%20. Muestra de tipo No probabilística, fue de 80 mujeres mayores de 65 años atendidas en el Hospital Carlos Andrade Marín de Quito en el servicio de Nutrición con desnutrición diagnosticada por Índice de masa corporal menor de 18,5 y sin enfermedades terminales, que accedieron a llenar los datos de encuesta.
El grupo de pacientes sin desnutrición se constituyó con mujeres mayores de 65 años que acudieron a la consulta externa de Geriatría, que tuvieron IMC entre 20 y 30, sin enfermedades terminales. Muestra no probabilística. Se descartó a las pacientes con IMC de 18,5 a 20 para minimizar el sesgo de selección, pues este grupo de pacientes están en riesgo de desnutrición. Se utilizó encuesta estructurada con datos demográficos, escala de depresión geriátrica, Índice de Katz y escala socio familiar de Gijón.
El diagnóstico de Depresión se realizó con la Escala de Depresión Geriátrica (Yesavage) versión 5 preguntas, que ha demostrado sensibilidad de 94% y especificidad de 84%21.
Se aplicó además el Índice de Katz para valoración de las actividades básicas de la vida diaria, creado en 1958, que consta de seis preguntas dicotómicas (lo hace solo/ con ayuda) que valoran: aseo, vestido, uso de baño, movilidad, control de esfínteres y alimentación. Las propiedades psicométricas han mostrado una confiabilidad interevaluador de 0,93, intraevaluador de 0,95 y un grado coherencia aceptable evaluado por el Alpha de Cronbach22.
Para conocer la situación socio familiar se aplicó la Escala de Gijón, que toma en cuenta cinco parámetros: situación familiar, situación económica, vivienda, relaciones sociales y apoyo de la red social, la puntuación óptima para cada parámetro es 1 y la peor es 5. Un estudio de validación demostró un grado de fiabilidad alto y validez aceptable23.
El Índice de Masa Corporal fue utilizado en este trabajo para la selección de pacientes con buen estado nutricional por la facilidad de medición. Los valores utilizados son los recomendados por la OMS, esto es, desnutrición con valores menores de 18,5. El IMC debe cuantificarse en toda evaluación geriátrica integral24.
La recolección de datos se realizó mediante encuesta elaborada aplicada a pacientes atendidas en el servicio de Nutrición con diagnóstico de Desnutrición y que fueron identificados mediante revisión de historias clínicas con atenciones durante el 2017 en el sistema informático que utiliza el Hospital. Se realizó la misma encuesta al grupo de pacientes con estado nutricional “sanas” en la consulta externa de Medicina Interna (Geriatría). Se utilizó Excel y SPSS versión 22 en español para el procesamiento de datos.
Estadística descriptiva para datos demográficos, proporciones para variables categóricas y medidas de tendencia central y desviación estándar para las numéricas. Se calculó proporción de depresión. El análisis bivariado para establecer asociación se realizó mediante chi cuadrado de homogeneidad con la desnutrición como variable fija, pues se trabajó con variables categóricas dicotomizadas. Se calculó además la razón de prevalencia (OR de prevalencia) para medir la fuerza de asociación, con un intervalo de confianza de 95%.
En el análisis estadístico descriptivo se observó los siguientes datos dentro de los grupos estudiados:
Estadístico |
Media |
Error estándar |
Intervalos de confianza |
|||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Fuente. Base de datos de la investigación.
Encuesta estructurada, 2017. Elaborado por. Autores. |
||||||||||
Edad | 77,62 |
0,63 |
76,31 - 78,92 |
|||||||
Índice de masa corporal | 21,9 |
0,40 |
21,12 - 22,68 |
|||||||
Escala de Gijón | 10,34 |
0,25 |
9,85 - 10,83 |
En la tabla 1 se ha resumido el análisis descriptivo de las variables numéricas. La edad promedio de la muestra total, con un 95,0% (n=160) de probabilidad de acierto, se encontró entre 76,3 y 78,9 años. El índice de masa corporal promedio fue entre 21,12 y 22,68. La media en la escala de Gijón fue de 10,34.
Variable |
Sin desnutrición |
Con Desnutrición |
||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
n |
% |
n |
% |
|||||||
Fuente. Base de datos de la investigación.
Encuesta estructurada, 2017. Elaborado por. Autores. |
||||||||||
Nivel de instrucción | ||||||||||
Ninguna | 1 |
1,13 |
||||||||
Primaria | 29 |
36,3 |
45 |
56,3 |
||||||
Secundaria | 31 |
38,8 |
29 |
36,3 |
||||||
Superior | 19 |
23,8 |
6 |
7,5 |
||||||
Estado civil | ||||||||||
Soltera | 13 |
16,3 |
16 |
20 |
||||||
Casada | 35 |
43,8 |
13 |
16,3 |
||||||
Divorciada | 13 |
16,3 |
5 |
6,3 |
||||||
Viuda | 17 |
21,3 |
46 |
57,5 |
||||||
Conviviente | 2 |
2,5 |
||||||||
Ocupación | ||||||||||
Desempleo | 3 |
3,8 |
||||||||
Subempleo | 1 |
1,3 |
1 |
1,13 |
||||||
Empleo formal | 5 |
6,3 |
1 |
1,3 |
||||||
Jubilada | 71 |
88,8 |
78 |
97,5 |
||||||
Grado de dependencia | ||||||||||
Independiente | 78 |
97,5 |
31 |
38,8 |
||||||
Dependiente | 2 |
2,5 |
49 |
61,3 |
||||||
Valoración socio familiar | ||||||||||
Sin riesgo social | 56 |
70 |
12 |
15 |
||||||
Con riesgo social | 24 |
30 |
68 |
85 |
||||||
Diagnóstico de depresión | ||||||||||
Sin depresión | 62 |
77,5 |
44 |
55 |
||||||
Con depresión | 18 |
22,5 |
36 |
45 |
||||||
Total | 80 |
100 |
80 |
100 |
Dimensión | Variable |
n-% |
Depresión |
Total |
||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Con depresión |
Sin depresión |
|||||||||
Chi2: 9,057. p=0,003 (0,3%). OR: 2,82 (1,42-5,59)
Fuente. Base de datos de la investigación. Encuesta estructurada, 2017. Elaborado por. Autores. |
||||||||||
Estado nutricional | Con desnutrición |
n |
36 |
44 |
80 |
|||||
% |
45,0% |
55,0% |
100,0% |
|||||||
Sin desnutrición |
n |
18 |
62 |
80 |
||||||
% |
22,5% |
77,5% |
100,0% |
|||||||
Total | n |
54 |
106 |
160 |
||||||
% |
33,8% |
66,3% |
100,0% |
La tabla 2 contiene los datos de las variables categóricas. El nivel de educación fue más alto en pacientes sin desnutrición, de éstas, el 23,8% tuvieron instrucción superior frente al 7,5% en mujeres con desnutrición.
El 57,5% de pacientes con desnutrición eran viudas mientras el 21,3% lo fueron en pacientes sin desnutrición. El 97,5% de pacientes desnutridas fueron jubiladas y el 85,0% estaban en riesgo social, en cambio las mujeres no desnutridas tuvieron porcentajes de 88,8% y 30,0% de manera respectiva. La proporción de depresión en pacientes sin desnutrición fue la mitad en relación a la de las mujeres desnutridas (22,5% y 45,0%).
La asociación de desnutrición y la variable numérica edad encontró una asociación significativa con t de Student -8,06 y un p valor de 0,000, la mayor edad de la paciente es un factor asociado a desnutrición.
La media de edad en pacientes desnutridas fue de 82 años (IC: 80-83) y la de pacientes no desnutridas de 73 (IC: 71-74). La media de la escala de Gijón en pacientes desnutridas fue de 8,43 (IC: 7,84-9,01) y la de las no desnutridas fue de 12,25 (IC: 11,73- 12,76). La asociación de desnutrición y escala de Gijón fue significativa, t de Student de -9,6 y p valor de 0,000.
En la tabla 3 se puede apreciar la relación mediante análisis bivariado entre desnutrición y depresión. En el grupo de desnutridas la proporción de depresión fue el doble en relación a las no desnutridas. El p valor menor de 0,05 fue estadísticamente significativo.
Con una probabilidad de error menor a 5%, en las pacientes adultas mayores del Hospital Carlos Andrade Marín, la frecuencia de desnutrición es diferente según el nivel de instrucción, siendo las pacientes más afectadas las de instrucción primaria. Es diferente según el estado civil y las viudas son las más afectadas. Entre las variables con p valor significativo se encontró mayor fuerza de asociación (Razón de prevalencia) entre la situación económica medida por ingreso menor a una remuneración mínima unificada y la dependencia para realizar actividades de la vida diaria.
Variables asociadas | Puntuación Chi2 |
p valor |
OR de prevalencia |
Intervalo de confianza 95%
|
||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
(IC) |
||||||||||
*Salario básico unificado en Ecuador
Fuente. Base de datos de la investigación. Encuesta estructurada, 2017. Elaborado por. Autores. |
||||||||||
Grado de instrucción | ||||||||||
Primaria | 6,44 |
0,011 |
2,26 |
1,20-4,21 |
||||||
Estado civil | ||||||||||
Viuda | 22,01 |
0 |
5,01 |
2,50-10,04 |
||||||
Condición de jubilada | 4,78 |
0,029 |
4,94 |
1,03-23,6 |
||||||
Situación económica | Menos de una remuneración mínima unificada ($385)* | 11,43 |
0,001 |
5,92 |
1,91-18,31 |
Condiciones de vivienda | Con barreras arquitectónicas | 36,123 |
0 |
7,91 |
3,91-16,00 |
Relaciones sociales | Malas relaciones sociales | 62,539 |
0 |
18,86 |
8,51-41,78 |
Apoyo de la red social | Necesita apoyo de la red social | 51,016 |
0 |
13,24 |
6,18-28,37 |
Valoración socio-familiar | Con riesgo social | 49,514 |
0 |
13,22 |
6,07-28,78 |
Depresión | 9,057 |
0,003 |
2,82 |
1,42-5,59 |
Dependencia | 63,58 |
0 |
61,64 |
14,12-269,14 |
En cuanto a las variables categóricas debemos destacar que el nivel de educación estuvo relacionado con la desnutrición: a mayor nivel de instrucción menor desnutrición, hallazgos que coinciden con el estudio de Burks y col., en el que se encontró asociación entre malnutrición y el no tener título universitario, tanto en hombres como en mujeres25. El 57,0% de pacientes con desnutrición fueron viudas, varios estudios han relacionado la viudez y la soledad con la desnutrición y con la depresión en adultos mayores, Giménez26 encontró un OR de 3,6 (IC: 1,9-6,2) y 2,0 (IC: 1,1-3,5) para la soledad y la viudez en adultos mayores desnutridos de ambos sexos. La ocupación no mereció análisis a pesar de haber obtenido un p valor significativo pues, por la edad de las pacientes estudiadas, el 97,0% fueron jubiladas.
En nuestro estudio se encontró una asociación estadísticamente significativa de desnutrición con grado de instrucción, viudez, bajos ingresos económicos, vi- vienda con barreras arquitectónicas, aislamiento, poca ayuda social, depresión y dependencia. En Colombia, un estudio transversal con 261 adultos mayores reportó asociación, en ambos sexos, entre desnutrición y bajos ingresos (OR 2,7; IC: 1,18-3,64), dependencia (OR 2,7; IC: 1,07-5,53) y sintomatología depresiva (OR 7,02; IC: 2,08-23,74)27.
El estudio Polsenior en 3751 adultos mayores de Polonia, concuerda con nuestros resultados y encontró relación significativa entre desnutrición y sexo femenino, vivir solo, bajo nivel de educación y pobreza28. Pérez29 en México reportó asociación significativa entre desnutrición y depresión (OR 2,4; IC: 0,79-7,38); sin embargo, la desnutrición se relacionó también con el sexo masculino (OR 1,42; IC: 1,0-2,0) y no con el femenino. Mantzorou30 reportó asociación entre desnutrición, deterioro cognitivo y depresión en un estudio transversal sobre un total de 2092 hombres y mujeres mayores que fueron inscritos en siete ciudades griegas.
Un estudio transversal en 984 adultos mayores de Sudáfrica concluyó que las personas deprimidas tenían 2,8 veces más riesgo o desnutrición que las personas no deprimidas, además encontró asociación con el bajo nivel de ingresos y, a diferencia de nuestro estudio, no encontró asociación con la asistencia a redes sociales, lo que podría explicarse por las características del tipo de población estudiada (pacientes con seguro social)31.
El estudio BRIGHT32 en Nueva Zelanda incluyó a 3893 adultos mayores de ambos sexos y encontró asociación de desnutrición con el vivir solo, nivel de educación, escasa calidad de vida social, depresión, comorbilidades y polifarmacia. Como en el presente estudio, los factores de protección relacionados de forma independiente con el bajo riesgo nutricional fueron vivir con otros, una mayor calidad de vida relacionada con la salud física y social y un mayor estado funcional. Damiao33, en su estudio de factores asociados a la desnutrición del adulto mayor en Brasil (n = 3101) concluyó que la desnutrición era más frecuente en familias con bajos ingresos, en personas que vivían solas y cuando tenían comorbilidades. El estudio encontró además que el riesgo de presentar desnutrición y que mientras más alta la escala de Gijón (nivel socio familiar menor), mayor la proporción de desnutrición.
En las adultas mayores estudiadas existió asociación entre desnutrición, diagnosticada por Índice de Masa Corporal, y depresión. Las pacientes adultas mayores con desnutrición tuvieron mayor probabilidad de presentar síntomas de depresión. Se encontró además asociación con el grado de instrucción, viudez, bajos ingresos económicos, vivienda con barreras arquitectónicas, aislamiento, poca ayuda social y dependencia.
Es recomendable realizar estudios que puedan determinar si la depresión predispone a la desnutrición o si ésta predispone a la primera. Resta por estudiar la población de adultos mayores de sexo masculino y establecer la relación entre resultados.
CIE: Código internacional de enfermedades; IMC: Índice de masa corporal; MNA: Mini evaluación nutricional; OR: Odds Ratio, razón de prevalencia
DC: Concepción y diseño del trabajo. Análisis estadístico. Aprobación de su versión final. Aporte de material de estudio.CG: Recolección y obtención de resultados. Revisión critica del manuscrito. CV: Asesoría estadística y administrativa. Análisis e interpretación de datos. Todos los autores leyeron y aprobaron la versión final del artículo.
Calderón Masón Diego Fernando, Médico Ginecólogo Obstetra del Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín, Magíster en Gestión de Desarrollo Social, Universidad Técnica Particular de Loja-UTPL; Magíster en Gerencia de Salud, UTPL; Especialista en Planificación estratégica en salud, UTPL; Especialista en Ginecología y Obstetricia, UTPL, Diplomado en Bioética, Universidad Libre Internacional de las Américas-ULIA, Diplomado en Bioestadística por la Sociedad Hispana de Investigadores Científicos, Diplomado superior en Gestión de Talento Humano, UTPL, PhD(c) en Medicina, Universidad Cayetano Heredia de Perú, Docente de pregrado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, ID ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7333-033X.
Calderón Suasnavas Gabriela Fernanda, Médica General, Pontificia Universidad Católica Magíster en Gerencia de Salud, Magíster en Peritaje Médico y Medicina Evaluativa. B3 Postgrado de Geriatría Pontificia Universidad Católica de Quito. ID ORCID: https://orcid.org/0000 -0002-7814-654X.
Calderón Suasnavas Vanessa Alexandra, Psicóloga Clínica, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. ID ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7199.3658.
Se utilizaron recursos bibliográficos de uso libre y limitado. La información recolectada está disponible bajo requisición al autor principal.
El artículo científico fue aprobado por pares y por el Comité de Ética de Investigación en Seres Humanos CEISH-HCAM.
La publicación fue aprobada por el Comité de Política Editorial del HECAM.
Se trabajó con recursos propios de los autores.
El autor no reporta ningún conflicto de interés.
Al Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín por las facilidades brindadas para la realización de la investigación.