Síndrome de Burnout en personal de salud de Unidades de Medicina Crítica |
OBJETIVO. Fue proveer información actualizada acerca de la prevalencia, factores de riesgo y formas de control y mitigación del Síndrome de Burnout en profesionales médicos y de enfermería que laboran en Áreas de Medicina Crítica. Se realizó una búsqueda exhaustiva en Tripdatabase, Pubmed, Scielo y Google Académico, tanto en idioma inglés como en español, a partir de 1970, con énfasis en población latinoamericana. Se analizó la evolución conceptual partiendo de la definición inicial de Maslach y de las dimensiones que lo componen, así como del test MBI utilizado para el diagnóstico. En una segunda parte se detallaron varios estudios sobre prevalencia de acuerdo a la actividad económica y en las especialidades de Medicina Crítica, resaltando la encuesta nacional efectuada a médicos de diferentes especialidades de Estados Unidos, cuyo resultado contrastó con los estudios en Sudamérica, tanto de Brasil como de Argentina. Con estos antecedentes, se analizó los factores de riesgo para personal de Emergencia y Cuidados Intensivos, unidades susceptibles para el desarrollo de estrés laboral crónico por el tipo de pacientes que manejan y decisiones éticas que se toman. CONCLUSIÓN. Establecer e implementar medidas a nivel individual y organizacional, orientadas a evitar su desarrollo y mitigar las graves consecuencias que pueden afectar a estos profesionales e indirectamente a sus pacientes.
Palabras Clave: Agotamiento Profesional; Servicios Médicos de Urgencia; Cuidados Críticos; Unidades de Cuidados Intensivos; Estrés Laboral; Personal de Salud.
INTRODUCTION. OBJECTIVE. It was to provide updated information about the prevalence, risk factors and ways to control and mitigate the Burnout Syndrome in medical and nursing professionals working in Critical Care Areas. An exhaustive search was carried out in Tripdatabase, Pubmed, Scielo and Google Scholar, both in English and in Spanish, beginning in 1970, with an emphasis on the Latin American population. The conceptual evolution was analyzed based on the initial definition of Maslach and the dimensions that comprise it, as well as the MBI test used for the diagnosis. In a second part, several studies on prevalence according to the economic activity and specialties of Critical Medicine were detailed, highlighting the national survey made to doctors of different specialties of the United States, whose result contrasted with studies in South America, both in Brazil like from Argentina. With this background, we analyzed the risk factors for Emergency and Intensive Care personnel, susceptible units for the development of chronic work stress due to the type of patients they handle and the ethical decisions that are made. CONCLUSION. Establish and implement measures at the individual and organizational level, aimed at preventing their development and mitigating the serious consequences that may affect these professionals and indirectly their patients.
Keywords: Burnout, Professional; Emergency Medical Services; Critical Care; Intensive Care Units; Occupational Stress; Health Personnel.
El Síndrome de Burnout (SB) no consta en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) ni en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), como tampoco en el Manual de la Asociación Estadounidense de Psicología (DSM-V)3; no obstante, es considerado como un tipo de estrés laboral crónico4 cuya investigación parte desde inicios de los años 705. Otros términos con los que se lo identifica son Síndrome de Agotamiento Profesional, Síndrome de Quemarse en el Trabajo (SQT), Síndrome de Sobrecarga Emocional (SSE) o Síndrome de Fatiga en el Trabajo3,6. En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Servicio de Emergencia (SE), a diario se reciben pacientes agudos enfermos que a diferencia de otras especialidades ameritan vigilancia continua y terapia permanente, haciendo que este personal sea más propenso a SB debido a lo estresante de su actividad18, por lo que el objetivo primordial de esta revisión fue proveer información actualizada acerca de la prevalencia, factores predisponentes y formas de control del Síndrome de Burnout en el personal que labora en Uni-dades de Medicina Crítica.
Graham Greens en 1961, reportó el primer caso y en 1974, Herbert J. Freudenberger lo definió por primer); sin embargo, hasta la actualidad no existe un consenso sobre el concepto del Burnout, algunos autores lo diferencian del estrés porque la fatiga y sobrecarga de trabajo no siempre están presentes en su desarrollo, a diferencia de la desmotivación emocional y cognitiva y pérdida de interés laboral, que si lo están4.
Con relación al termino Burnout recién se utilizó a partir de 1977, posterior al Congreso de la Asociación Americana de Psi-cólogos, cuando Maslach C, lo catalogó como “desgaste profesional de las personas que trabajan en contacto directo con usua-rios, de preferencia profesores y personal sanitario” 6. Hoy el concepto más difundido es el de esta autora, quien en conjunto con Jackson SE 7,8, lo definieron como “cansancio emocional que lleva a una pérdida de motivación y que suele progresar hacia sentimientos de inadecuación y fracaso”.
Según Maslach y Jackson, los componentes del SB son: “a) Agotamiento emocional-AE: situación en la que los trabaja-dores perciben que ya no pueden dar más de sí mismo en el ámbito emocional y afectivo; b) Despersonalización-DP: desarrollo de sentimientos y actitudes de cinismo y, en general, de carácter negativo hacia las personas destinatarias del trabajo; y, c) Baja realización personal-RP en el trabajo: tendencia a evaluar lo negativo, de manera especial en relación a la habilidad para realizar el trabajo y para relacionar lo profesional con las personas a las que atienden”5,8.
En 1982, Maslach C. y Leiter M, crean el Maslach Burnout Inventory (MBI), y desde 1986 es el instrumento estándar en el diagnóstico de esta patología 3,9. El MBI consta de 22 ítem distribuidos en 3 escalas; será portador de Burnout el individuo que presente valores altos de AE y DP y bajos de RP10.
A lo largo de la historia se han visto cambios en el estilo de trabajo como consecuencia del desarrollo de nuevas tecnologías y a la reestructuración administrativa organizacional, lo que generó aumento del desempleo, sobrecarga de actividades laborales y desmotivación5. En nuestros días se suman la globalización de la economía, el envejecimiento de la población, la migración, el aumento de la fuerza laboral femenina y sobre todo, las mayores demandas y preferencias de los consumidores, lo que ha conllevado a más exigencia para el trabajador, creando el campo propicio para conflictos en el clima laboral, baja motivación, trastornos por consumo de alcohol y la exposición a nuevas patologías laborales que afectan la salud y el bienestar psicológico6,8,11 entre ellas el Síndrome de Burnout.
Este síndrome involucró a diferentes acti-vidades económicas (Tabla 1), aunque su prevalencia depende del nivel de formación y grado de responsabilidad12, 13. En el área de la salud, adicional a los médicos se ven comprometidos los científicos, enfermeras, técnicos, obreros de mantenimiento y estudiantes14-15.
Los estudiantes de medicina constituyen una población poco evaluada; Jaime Breilh, en 1992, en un estudio ecuatoriano efec-tuado con internos rotativos, en base a la herramienta Epistress, demostró que 71,8% de ellos presentaron sufrimiento mental16; hay reportes en Perú en donde este afectó a 8,0% de estudiantes de medicina, la ma-yoria durante los dos últimos años previos a la graduación, con una relación inversa a las horas de estudio17.
También en Perú, la Encuesta Nacional de Satisfacción de Usuarios en Salud del año 2014 (ENSUSALUD-2014), mostró una prevalencia de hasta 12,5% entre médicos y enfermeras, variando según la población y puntos de corte, siendo siempre mayor en los galenos10.
Autor | País, año |
Lugar |
Actividad |
Población |
Prevalencia (%) |
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Fuente. Base de datos de la investigación. Elaborado por. Autores | ||||||||||
Aranda Beltrán (12) | México, 2015 |
Congreso de la Unión |
Trabajadores del Congreso |
235 |
69,1 |
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Aranda Beltrán (12) | México, 2015 |
Policía de Transporte |
Agentes de Tránsito |
875 |
44,7 |
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Ferrel (13) | Colombia, 2008 |
Universidad del Magdalena, Santa Marta |
Docentes Universitarios de Planta |
225 |
25 |
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Grunfeld (15) | Canadá, 2000 |
Servicio Médico Oncológico de Ontario |
Médicos |
207 |
63,3 |
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Román Hernández (14) | Cuba, 2003 |
Consultorios Comunitarios - La Habana |
Enfermeros |
118 |
23,7 |
En relación a la prevalencia de Síndrome de Burnout en personal de salud de las UCI, el médico como humano y su práctica como humanística, basada en una concepción integradora de los valores humanos19, establece una relación directa con el paciente, asimila sus problemas de salud e instituye metas para su manejo, sembrando el campo propicio para desarrollar estrés laboral crónico, en mayor o menor grado según la complejidad de su especialidad20.
Ha existido una gran variación de la prevalencia de SB en profesionales de la salud; sin embargo, niveles altos han sido descritos en oncólogos, anestesiólogos, médicos quienes tienen a su cargo pacientes con SIDA y quienes trabajan en departamentos de medicina intensiva o crítica18. Al respecto, es interesante analizar el estudio de Martins Pereira20, quien al comparar la prevalencia de SB entre dos tipos de profesionales, concluyó que el trabajo en las UCI el riesgo de Burnout fue más del doble, comparado con quienes laboraban en centros de cuidados paliativos20.
En los últimos años, hay mucho interés en la investigación sobre este tema en las UCI; en 1996 se publicó uno de los primeros estudios al respecto, con 253 miembros de la Sección de Medicina Interna de la Sociedad Americana de Cuidados Críticos, en el que se re-portó que los altos niveles de agotamiento emocional y despersonalización se relacio-naban con problemas en la atención al pa-ciente y con un sistema de salud pobre21.
Si eso acontecía en países desarrollados con mejores sistemas de salud que los de Latinoamérica, es indiscutible de que la preva-lencia en estos últimos debió ser mayor; en base a la búsqueda realizada en PubMed, durante esa época no existen datos al respecto para esta especialidad, ya que recién aparecen en Brasil en 2008 (Tabla 2).
Autor | País, año |
Lugar |
Actividad |
Población |
Prevalencia (%) |
|||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Fuente. Base de datos de la investigación. Elaborado por. Autores | ||||||||||
Bartz23 | Estados Unidos, 1986 |
Centros Médicos de la Armada del Sureste |
Enfermeras |
89 |
21,5 |
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Barros24 | Brasil, 2008 |
UCI de Salvador de Bahía |
Médicos |
297 |
63,3 |
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Zazzetti25 | Argentina, 2011 |
UCI de clínicas privadas de Villa María, Córdoba |
Médicos
Enfermeras |
102 |
17,6 |
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Teixeira26 | Portugal, 2013 |
UCI - Norte de Portugal |
Médicos Enfermeras |
300 |
31,0 |
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Guntupalli27 | Estados Unidos, 2014 |
UCI, Harris County Hospital District-Houston |
Enfermeras Fisioterapistas |
213 |
54,0 |
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Lu28 | Estados Unidos, 2015 |
Departamentos de Emergencia de los Hospitales Universitarios de Chicago y Washington |
Médicos
Residentes
R2-R4 |
77 |
57,1 |
Los primeros reportes en profesionales de la salud latinoamericanos, no intensivistas, corresponden a Curiel-García en 2006, quien al evaluar a 73 médicos y 100 enfermeras del Instituto Mexicano del Seguro Social e Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado de Durango, encontró que existía una prevalencia de despersonalización en 43,2% y agotamiento emocional/físico de 41,1%, con mayor afectación de los médicos22.
Chien-Huai Chuang29, publicó una revisión sistemática acerca de Burnout en personal de Cuidados Intensivos, en la que de 203 artículos identificados sobre el tema, 25 cumplieron con los criterios de inclusión, entre ellos solo artículos realizados por 2 revisores (Kappa 0.82); el 60,0% de estos artículos fueron publicados después de 2011 y uno fue publicado antes de 2000; el 68% se condujeron en Europa y Estados Unidos, y apenas 4 (16,0%) en Sur América (Brasil, Argentina, Perú). La preva-lencia de SB varió de 6 a 47,0%.
Con relación a los Servicios de Emergencias, una encuesta nacional sobre Burnout efectuada en Estados Unidos en 2011, con la participación de 7288 médicos de dife-rentes especialidades, encontró que los médicos Emergenciólogos (4,6% del total de participantes) eran quienes tenían la más alta prevalencia de SB, llegando a 65,0%, el odds ratio [OR], fue 3.18; (p=001)30.
A continuación se detalla los factores de riesgo para Síndromé de Burnout: a) En el ámbito de la especialidad médica, los estudios previos, analizados, demostraron que la prevalencia de Síndrome de Burnout es alarmante en el personal de salud, es principal en los especialistas que actúan en la primera línea de atención a pacientes (emergencia, medicina interna, medicina familiar)30 y en cuidados intensivos31,32, con mayor compromiso de los médicos sobre las enfermeras10. b) El género y la edad son factores intrínsecos, no modificables. A pesar de que algunos estudios no han encontrado relación con la edad, en el meta-análisis de Brewer et al.33, existió una significativa relación negativa con la misma, tanto en lo relacionado a agotamiento emocional (AE), como en despersonalización (DP)32, las mujeres tienden a padecer más desgaste emocional que los hombres34,35. c) En relación a la situación y organización familiar, el no tener hijos es asociado con un rango más bajo de Burnout36. d) En referencia a la experiencia y tiempo de vinculación institucional, en el estudio de enfermeras realizado por Ayala E, en el hospital central de la Fuerza Aérea del Perú, Lima, al igual que en otros estudios23,3732, esto se explica por las destrezas, conocimientos adquiridos y sobre todo, por la experiencia ganada, los cuales intervienen como factores protec-tores para la adquisición de SB.
No obstante, Quiceño M4, describió la presencia de 2 picos, uno antes de los dos años y otro a partir de 10 años o más de ejercicio profesional. e) Sobre la carga horaria, Ali N et al38, evaluó los horarios de trabajo de los médicos intensivistas de 5 de las UCI, y demostraron que no había diferencia en el tiempo de hospitalización ni mortalidad de los pacientes, al comparar un horario continuo con uno intermitente; hallazgo similar al encontrado por Garland A, en Canadá39; empero, un número de guardias nocturnas de 5±2 por mes, sobrecarga de trabajo y periodos de más de 42 días de trabajo sin tiempo de reposo se asoció con alta frecuencia de Síndrome de Burnout 19 19. Nien-Chih Hu40, en un estudio transversal con 1560 empleados a tiempo completo, encontró que trabajar más de 40 horas semanales y, más aun, sobre 60 horas, se relacionó de forma significativa con Burnout. Es común que los médicos intensivistas y emergenciólogos trabajen a ese ritmo, lo que añadido a un alto número de guardias nocturnas, contribuye a un alto riesgo de SB41,42.
Fue paradójico, pero en el estudio de Guntupalli K, efectuado en 2014 en 213 enfermeras y terapistas respiratorios de la UCI del Harris County Hospital District Houston, Texas, los turnos nocturnos parecerían tener un efecto protectivo posible, atribuido a sobrevivir la primera fase del Burnout y porque el personal que no toleró la guardia pudo haber rotado al turno del día o cambiado de profesión27. f) La comunicación y las relaciones interpersonales; el manejo adecuado de los conflictos entre colegas y personal de enfermería y buenas relaciones con la jefatura, se asocian con niveles bajos de Burnout41. La buena comunicación es primordial en la prevención del Burnout. g) En el campo de las decisiones éticas, en las áreas críticas son comunes las decisiones relacionadas a la comunicación, mantenimiento o retiro de tratamientos y sedación terminal. Carla Texeira C43, demostró que existe una relación positiva entre decisiones éticas y Burnout en enfermeras, no médicos, en lo que respeta a retiro de tratamiento (p=0.032), mantener tratamiento (p=0.002) y sedación terminal (p=0.005), en este estudio, el AE fue la sub-dimensión más afectada43.
Es fundamental realizar mitigación y formas de control sugeridas para áreas de Medicina Crítica; en consideración a que la presencia de Burnout se asocia con disminución de la efectividad en el trabajo, menor compromiso y baja satisfacción laboral, lo que puede afectar la calidad de atención del paciente41,44, razón por la que es indispensable actuar con oportunidad sobre los diferentes factores de riesgo. Las intervenciones deben dirigirse a la organización y al individuo45. Desde el punto de vista organizacional hay que mejorar el ambiente de trabajo, revisar los horarios, la carga horaria y tiempos de descanso, así como reestructurar los equipos de profesionales39, 41, 46. Aquellas dirigidas al individuo comprenden estrategias para combatir la angustia emocional, incluyendo medidas de intervención tales como entrenamiento conductual cognitivo, mejoras en las habilidades de comunicación, capacitación técnica, sesiones educativas en el manejo de estrés, asesoramiento y ejercicios de relajación31, 45, 47, 48.
Entre los trastornos psicológicos a los que se ven expuestos los profesionales de la salud, el Síndrome de Burnout juega un papel predominante, más aun en el personal que labora en áreas de cuidados intensivos y emergencia, llegando a afectar de 2 a 6 de cada 10 médicos o enfermeras de estas áreas, según la formación e insti-tución, siendo el agotamiento emocional el síntoma más frecuente.
Hay varios factores que predisponen a su desarrollo, los cuales están relacionados con la organización del área o servicio y con el mismo individuo; destacan la sobrecarga de trabajo, las decisiones éticas, el tipo de horario y las relaciones interpersonales entre colegas de labor y hacia la familia de los pacientes.
El impacto de estos factores sigue siendo estudiado; lo lamentable, es que es poco comprendido y su solución es de bajo interés para quienes administran los centros de salud, de manera especial en Latinoamérica. Lo grave es que al no actuar sobre ellos, se pone en riesgo a quien padece de SB, llegando a comprometer la calidad de cuidado brindada a los pacientes.
Es indispensable de que cada institución valore a sus profesionales y establezca medidas correctivas y de soporte para quienes lo padecen, aunque lo significativo es pre-venir su aparición cuando se actúa de forma directa sobre los factores de riesgo.
Sí bien esta revisión se realizó en base a una amplia bibliografía, puede existir un sesgo de publicación porque los principales estudios no corresponden a nuestros países, solo se buscó artículos en inglés y español, por limitaciones económicas para su traducción. Por esta misma razón no se pudo conseguir estudios de mayor jerarquía en investigación, de manera especial meta análisis y revisiones sistemáticas, quedando pendiente esta tarea con estudios que irán apareciendo en Latinoamérica.
MBI: Maslach Burnout Inventory; SB: Sín-drome de Burnout; CIE: Clasificación In-ternacional de Enfermedades; DSM: Diag-nóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales; AE: Agotamiento Emocional; DP: Despersonalización; RP: Realización Personal; UCI: Unidad de Cuidados Inten-sivos; SE: Servicio de Emergencia.
PJ: Concepción y diseño del trabajo, re-dacción del manuscrito, revisión crítica del manuscrito; aprobación de su versión final, el autor leyó y aprobó la versión final del artículo.
Pablo Aníbal Jiménez Murillo, Profesor Titular, Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo, Universidad Tecnoló-gica Equinoccial. Quito-Ecuador. Médico Tratante, Área de Cuidados Intensivos – Adultos, Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín. Quito-Ecuador ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1732-1161
Se utilizaron recursos bibliográficos de uso libre y limitado. La información recolectada está disponible bajo requisición al autor principal.
El artículo científico fue aprobado por pares y por el Comité de Ética de Investigación en Seres Humanos – CEISH/HECAM.La publicación fue aprobada por el Consejo Editorial del HECAM.
La publicación fue aprobada por el Consejo Editorial del HECAM.
Se trabajó con recursos propios del autor..
El autor no reporta ningún conflicto de interés.
Agradezco de manera especial a mi esposa, Dra. Patricia Mogrovejo PhD, por su guía en el desarrollo del presente trabajo.