
La necrosis esofágica aguda es un síndrome raro que se caracte- riza endoscópicamente por una apariencia negra circunferencial irregular o difusa de la mucosa esofágica intratorácica, la afec- tación es generalmente del esófago distal y presenta una transición abrupta de mucosa normal en la unión gastroesofágica, con extensión proximal variable1,2. También es conocida como síndrome de Gurvits, esofagitis necrotizante aguda, accidente cerebrovascular esofágico o esófago negro, debido a la pigmen tación negra de la mucosa esofágica de la necrosis isquémica observada en la histopatología3. Fue descrita por primera vez por Goldenberg et al., en 1990 y luego clasificada como un síndrome distinto por Gurvits et al4. La incidencia es del 0,01 % al 0,28
% de los pacientes sometidos a una endoscopia digestiva alta5,6. Un estudio de autopsia de 310 casos ha mostrado una incidencia del 10,3%, lo que indica una infrarrepresentación de la enfer- medad en la literatura actual especialmente en pacientes asinto máticos7. Si bien es poco común, la tasa de mortalidad asociada llegó al 32%8. A pesar de su alta tasa de mortalidad, la condición ha sido poco conocida debido a las bajas incidencias descritas por varios estudios en la literatura9-12. La etiología multifactorial se atribuyó a una combinación de isquemia esofágica por hipo- perfusión debido al suministro vascular deteriorado e inestabi- lidad hemodinámica, alteración de la protección de la barrera mucosa, esofagitis por reflujo ácido gástrico excesivo13,14. Los factores de riesgo predisponentes incluyen sexo masculino, edad avanzada (generalmente en la sexta década de la vida), hernia paraesofágica, obstrucción de la salida gástrica, trauma y pre- sencia de otras comorbilidades como diabetes mellitus, cetoacidosis diabética, hipertensión, enfermedad cardiovascular, in- suficiencia hemodinámica con choque, arteriopatía periférica, aterosclerosis, enfermedad tromboembólica, enfermedad renal crónica, enfermedad hepática crónica, desnutrición, abuso cró nico de alcohol y postirradiación y cánceres hematológicos o de órganos sólidos13,14. Los hallazgos convencionales de necrosis esofágica aguda se asocian con el tercio distal del esófago. Esta afectación se debe al limitado aporte vascular correspondiente a los dos tercios superiores del esófago. La afectación histológica de la necrosis no se limita a la mucosa, sino que puede exten- derse profundamente al rango de la submucosa y la muscular propia del esófago3. En un estudio retrospectivo se informó que 32 de los 310 pacientes (10,3 %) presentaban necrosis que se extendía a la capa muscular propia del esófago distal15. Es vital tener en cuenta que la mayoría de los estudios hasta la fecha se destacan por los hallazgos limitados al área de la mucosa y la submucosa3. Un alto índice de sospecha es clave en el diag nóstico. Se presenta en varones de edad avanzada con múltiples comorbilidades que presentan síntomas de hemorragia digestiva alta. Otros síntomas con los que se presenta son dificultad para tragar, dolor abdominal, fiebre, síncope, náuseas y vómitos2,3. La endoscopia digestiva alta es la modalidad estándar de oro para el diagnóstico. La biopsia esofágica, aunque no se justi- fica o se requiere para el diagnóstico definitivo, podría ser útil para excluir infecciones superpuestas. Las complicaciones incluyeron estenosis esofágica o formación de estenosis en el esó- fago distal, perforación e infección posterior4. El enfoque prin cipal del manejo es corregir las condiciones médicas crónicas y
comorbilidades coexistentes lo cual es crucial para prevenir la exacerbación del curso de la enfermedad que podría resultar en un mal pronóstico y aumento de las tasas de mortalidad. Luego el tratamiento se compone de manejo de apoyo con terapia de líquidos intravenosos, mantenimiento de restricción con ayuno, de ser necesario nutrición parenteral, terapia con inhibidores de la bomba de protones intravenoso y sucralfato2,4. El objetivo de esta publicación es dar a conocer esta entidad poco frecuente, dada la prevalencia de sus condiciones asociadas, la alta tasa de mortalidad y los datos de investigación limitados, ya que es imperativo lograr una comprensión más completa de esta con- dición para lograr un diagnóstico temprano y mejorar los resul- tados.
Paciente masculino de 74 años con antecedentes patológicos de hiperplasia prostática benigna, hipertensión arterial esencial, en- fermedad renal crónica estadio 3A, antecedente quirúrgico de laparotomía exploratoria por perforación cecal, peritonitis gene- ralizada, tumor de unión recto-sigma perforado que se le realizo lavado de cavidad, resección anterior, colostomía, cecectomía, ileostomía terminal, el diagnóstico histopatológico fue de un adenocarcinoma moderadamente diferenciado con un estadiaje T3 N0 Mx con compromiso de mesorecto, presenta examen de CA-125 elevado probablemente por proceso quirúrgico a des- cartar metástasis a distancia en tratamiento con quimioterapia ad- yuvante versus paliativo por duda diagnóstica esquema XELOX con tres ciclos con buena tolerancia. Ingresó por emergencia del Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín por presentar tres días después de su último esquema de quimioterapia ma- lestar, astenia, hiporexia; presentó dos crisis convulsivas y me- lenas por funda de ileostomía. En el examen físico de ingreso: taquicárdico, hipotenso, caquéctico, deshidratado; en estudios complementarios (Tabla 1): hiperlactatemia, acidosis metabó- lica, leucocitosis, neutrofilia, injuria renal aguda y un examen elemental y microscópico de orina infeccioso.

Se le realizó una endoscopia digestiva alta el mismo día del in- greso (Figura 1) en donde se observó una necrosis esofágica aguda; en estomago se encontraban aun restos de alimentos sin evidenciar hallazgos mayores.
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Figura 1. Endoscopia digestiva alta con hallazgos endoscópicos compatibles con necrosis esofágica aguda, caso clínico 1.
1A: Mucosa de tercio medio de esófago de color negra en toda su circunferencia y extensión.
1B: Mucosa de tercio inferior de esófago de color negra en toda su circunferencia y extensión.
1C: Tercio inferior de esófago la mucosa de color negra en toda su circunferencia y extensión hasta la línea Z la cual esta respetada.
1D: Tercio inferior de esófago; línea Z que respetada por la necrosis.
Fuente. Autores.
El paciente fue ingresado a hospitalización del servicio de gas- troenterología; se brindó un tratamiento clínico basado en hi- dratación, restricción de vía oral, omeprazol intravenoso, su- cralfato, antibioticoterapia con ampicilinas más sulbactan ajus- tado a la función renal por la infección del tracto urinario por 7 días. Durante su hospitalización no tuvo una adecuada evolu- ción clínica ya que toleró la dieta de forma parcial con episo- dios de disfagia y vómitos ocasionales, además el paciente rea- lizó en su día trece de hospitalización un cuadro de neumonía nosocomial, iniciando un nuevo ciclo de antibioticoterapia con piperacilina más tazobactan por 10 días. Llegó posteriormente a presentar dos episodios de hematemesis, disfagia y vómitos. El paciente se encontraba con nutrición parenteral total. A los 26 días luego de la primera endoscopia se le realizó una de control en donde se evidenció mucosa aun eritematosa, friable, con exudado fibrinoide y áreas con aspecto fibrótico (Figura 2), en estomago una cicatriz de 9mm de origen péptico y duodeno de aspecto normal; se procedió a colocar una gastrostomía vía endoscópica sin complicaciones. Figura 2.
El paciente
fue dado de alta a sus 29 días de hospitalización con buena
tolerancia de la dieta por la gastrostomía y se envió tra- tamiento ambulatorio con omeprazol y sucralfato vía oral. Des- pués de 74 días de su primera endoscopia se le realizó
un tercer control
endoscópico en donde se observó
mucosa esofágica de aspecto
normal con anillo fibroso completo en área de transi- ción esófago gástrica. El paciente se encuentra en tratamiento paliativo.
Figura 2. Endoscopia digestiva alta con hallazgos endoscópicos compatibles con necrosis esofágica aguda en remisión, caso clínico 1.
Mucosa del esófago en todo su trayecto de proximal a distal (2A, 2B, 2C, 2D y 2E) y circunferencia eritematosa, friable, con exudado fibrinoide y áreas con aspecto fibrótico.
Fuente. Autores.
Paciente femenina de 55 años de edad sin antecedentes cono- cidos relevantes, que acudió con clínica de un mes de evolu- ción de: nauseas, hiporexia, pérdida de peso y dolor abdominal difuso; una semana previa a su ingreso presentó tos productiva. Al ingreso a emergencia, bradicardia sinusal y cifras tensio- nales en límite inferior; al examen físico, estertores bilaterales y edema pre tibial; en exámenes iniciales se observó hipokalemia leve con anemia leve microcítica hipocrómica e hipoalbumi- nemia severa (Tabla 2); se inició antibioticoterapia considerando foco infeccioso pulmonar asociado, y se realizó además endos- copia digestiva alta evidenciando inmediatamente por debajo de esfínter esofágico superior y en toda la extensión de esófago mucosa con fibrina y parches de necrosis extensa que terminan abruptamente en zona de cambio mucoso, presencia de hernia hiatal de 3 cm por endoscopia (Figura 3), en cuerpo gástrico se observaron dos ulceras pequeñas cubiertas de fibrina de aspecto péptico. En su evolución se realizó compensación tanto de foco infeccioso como hidratación y nutrición; en estudios comple- mentarios se observó masa colónica confirmada en histopatoló- gico como adenocarcinoma de colon en estadio avanzado.

La necrosis esofágica aguda fue descrita endoscópicamente por primera vez en 1990 por Goldemberg et al., cuyos criterios siguen vigentes en la actualidad16. Se caracteriza macroscópica- mente por una mucosa de coloración oscura y difusa del esófago con los siguientes parámetros17:
• Afección circunferencial del esófago con o sin exudados.
• Compromiso distal que se extiende proximalmente, pero con terminación abrupta en la unión gastroesofágica.
• Hallazgos histológicos uniformes con compromiso de mucosa y submucosa severo y difuso, sin células escamosas reconoci bles, ocasionales fibras musculares desordenadas, hiperemia y escasos vasos trombosados sin un agente causal específico.
• Aparición del cuadro descartando otras causas como melanoma maligno, acantosis pigmentaria (nigricans), pseudomela- nosis, melanosis y la ingestión de corrosivos18.
La epidemiología de esta patología es limitada por varios mo- tivos. En primer lugar, existe muy poca literatura publicada siendo una entidad poco conocida y suele haber errores en el diagnóstico endoscópico con otras enfermedades. Su incidencia clínica desde las descripciones iniciales sigue siendo baja, con reportes del 0 al 0,2% en estudios de autopsias y de 0,01% a 0,2% en estudios clínicos. Afecta predominantemente a hombres (81%), en una edad promedio de 67 años, aunque se han repor- tado informes de la enfermedad en otros grupos etarios18.
La fisiopatología de esta entidad se describe de la siguiente manera: el esófago recibe irrigación segmentaria en cada tercio, la red arterial del esófago medio y superior es más densa que la del esófago distal, por lo que este segmento es usualmente el que presenta los primeros signos de isquemia14,17. Los meca-
nismos de protección de barrera incluyen a nivel celular las co- nexiones intercelulares estrechas, las uniones adherentes (zonula
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Figura 3. Endoscopia digestiva alta con hallazgos endoscópicos compatibles con necrosis esofágica aguda, caso clínico 2. Fuente. Autores.
adherens) y la red de desmosomas, sumado a los sistemas in- trínsecos buffer, el bicarbonato, el moco y factor de crecimiento epidérmico19.
La necrosis esofágica resultante, surge usualmente de la suma de múltiples condiciones como el estado de choque, sustratos para isquemia y la lesión corrosiva del contenido gástrico. Se suma a esto una disminución de la función de los sistemas de barrera de la mucosa y los mecanismos de cicatrización en los pacientes desnutridos y críticamente enfermos. Otras hipótesis en la fisiopatología proponen un fenómeno patogénico en dos tiempos. En primer momento intervendría la isquemia y poste riormente el reflujo de ácido y pepsina que exacerba y perpetúa la injuria local18.
Los factores de riesgo como condiciones precipitantes usuales son los antecedentes cardiovasculares, la disfunción multiorgánica, la cetoacidosis diabética, la intoxicación por alcohol, el vólvulo gástrico, el trauma de la aorta torácica, los fenómenos tromboembólicos y los tumores malignos. También se relaciona la desnutrición, la insuficiencia renal, la enfermedad pulmonar crónica, la intubación nasogástrica18,20.
La presentación clínica más frecuente es el sangrado digestivo alto. También se han reportado otros síntomas como la epigas tralgia, náuseas, vómitos, disfagia, fiebre18,20.
La toma de biopsias, aunque se recomienda, no es necesario para el diagnóstico. Histológicamente, se ven restos necróticos, ausencia de epitelio escamoso y la necrosis de la mucosa esofágica. La biopsia debería ser tomada con mucha precaución por el incremento del riesgo de perforación iatrogénica. Como se mencionó, se debe descartar la melanosis, como la observada en la esofagitis crónica, pseudomelanosis, melanoma, acantosis nigricans, ingesta de carbón y otros agentes corrosivos o cáusticos que provoquen necrosis esofágica18,20.
El manejo se basa fundamentalmente en el tratamiento de las enfermedades de base y se debe evitar la hipoperfusión sistémica para optimizar el flujo sanguíneo esofágico y reducir la injuria isquémica. Es importante una hidratación adecuada y apoyo nutricional. Se recomienda reposo intestinal las pri- meras 24-48 horas. La sonda nasogástrica está recomendada si hay obstrucción intestinal concomitante o vómitos persis- tentes18,20.
Se indica inhibidores de bomba de protones intravenosos en altas dosis para suprimir la secreción ácida y en cuanto se ob- serve tolerancia a la ingesta oral, el uso de sucralfato como citoprotector de la mucosa esofágica al ligar la pepsina y estimular la secreción de moco14,17,18.
En pacientes con evolución tórpida con signos de perforación incluyendo neumomediastino o mediastinitis, el manejo debe ser quirúrgico. En tales casos se recomienda hacer esofagec- tomía, decorticación, lavado y reconstrucción diferida18,20.
En pacientes con complicaciones secundarias tales como la es- tenosis, el manejo por vía endoscópica o quirúrgica dependerá
de las características de la misma (diámetro, longitud, locali- zación, etc.)18,21.
Tiene un pronóstico sombrío. La mortalidad es alta, en las series de casos varia del 38-60%, pero no es necesariamente una enfermedad terminal. Los pacientes por lo general fa- llecen por sus enfermedades críticas subyacentes y no por la extensión de la lesión esofágica que tan solo es responsable directa del deceso en 6 % de los casos. Al repetirse la endos- copía a 48-72 horas de la primera se aprecia una regeneración de la mucosa esofágica18,20.
La complicación más frecuente es la estenosis esofágica que ocurre en el 15% de los casos y se presenta entre los días 7 y 14 de la enfermedad. La mayoría de las veces responde a la dilatación endoscópica. La afección duodenal se correlaciona con aumento en la probabilidad de estenosis ulterior. En la mayoría de los casos al repetir la endoscopia al cabo de 48 a 72 horas del inicio del cuadro se observa algún grado de rege neración de la mucosa, tal como ocurrió en nuestra paciente, que ejemplifica bien la evolución natural de la enfermedad. En el seguimiento endoscópico las lesiones se resuelven por completo al cabo de 8 a 10 semanas. La mediastinitis y abs cesos mediastinicos por ruptura esofágica secundaria a afección transmural es rara. Solo en una oportunidad se ha informado la recurrencia del esófago negro20-22.
La esofagitis necrotizante aguda, es una entidad inusual, de baja prevalencia e incidencia, asociada con estados de hipoperfusión sistémica y múltiples comorbilidades que favorezcan un sustrato isquémico18,22.
Al revisar los reportes de casos que hay en la literatura médica, los casos reportados se correlacionan con las características clínicas, epidemiológicas, endoscópicas y factores de riesgo causales de la enfermedad; en estos casos, enfermedad renal crónica, desnutrición, post irradiación, cánceres de órganos sólidos. Dado que la presentación clínica más frecuente es el sangrado digestivo alto, se debe considerar en este tipo de pacientes, correlacionar con el hallazgo endoscópico clásico y descartar diagnósticos diferenciales ya mencionados. En el caso clínico 1, al final por la mala evolución caracterizada por la intolerancia oral con la recurrencia del sangrado se decidió colocar una gastrostomía vía endoscópica con los cual mejoro la evolución del paciente y pudo ser dado de alta.
Se espera que con el reporte de estos casos, se abra puertas a nuevas publicaciones que puedan guiar con mayor soporte en la literatura médica, el manejo de los pacientes con necrosis esofágica aguda.
El pronóstico de la necrosis esofágica aguda es malo y se re- quiere un alto índice de sospecha clínica y conocimiento de esta infrecuente patología para un diagnóstico temprano y un manejo oportuno.
En caso de necrosis circunferencial del esófago, se requiere una evaluación por endoscopia digestiva alta meticulosa ya
que el riesgo de perforación es alto debido a la afectación transmural.
A pesar de su baja frecuencia, la necrosis esofágica aguda es una causa de sangrado gastrointestinal que conlleva tasas altas de mortalidad, principalmente en adultos mayores frágiles.
El reconocimiento temprano y la reanimación agresiva son los principios fundamentales para el manejo y un mejor resultado de la enfermedad, su tratamiento es esencialmente médico y solo se recurre a la cirugía en los casos infrecuentes de mediastinitis o perforación.
El pronóstico está determinado por las condiciones de base de los enfermos.
BE: exceso de base; HCO3: bicarbonato; O2SAT: saturación de oxigeno; PCO2: presión parcial de dióxido de carbono; PO2: presión
parcial de oxigeno; TCO2: total dióxido de carbono; INR: índice internacional normalizado; TP: tiempo de protombina; TTP: tiempo de tromboplastina parcial; AST: aspartato aminotransferasa; ALT: alanina aminotransferasa; CA-125: antígeno de cáncer 125; VDRL: Laboratorio de Investigación de Enfermedades Venéreas; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; PCR: proteína C reactiva; CA 19-9: antígeno carbohidrato/ antígeno
del cáncer 19-9; CA 15-3: antígeno carbohidrato/ antígeno de cáncer 15.3.
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES
AY, CZ, RC: Concepción y diseño del trabajo, Recolección / obtención
de resultados, Análisis e interpretación de datos, Redacción
del manuscrito, Revisión crítica del manuscrito, Aprobación
de su versión final, Rendición de cuentas. (ICMJE)
DISPONIBILIDAD DE DATOS Y MATERIALES
Se utilizaron recursos bibliográficos de uso libre y limitado. La
información recolectada está disponible bajo requisición al autor
principal.
APROBACIÓN DEL COMITÉ DE ÉTICA Y
CONSENTIMIENTO PARA PARTICIPAR EN EL
ESTUDIO
Considerando, el “Reglamento Sustitutivo del Reglamento para la Aprobación y Seguimiento de Comités de Ética de Investigación
en Seres Humanos (CEISH)”, aprobado el 02 de agosto de 2022 mediante Acuerdo Ministerial 00005, que menciona: “Artículo 59.- Los reportes o análisis de casos clínicos se podrían considerar como exentos de evaluación y aprobación por un CEISH. Sin embargo, para su desarrollo deben contar con
el consentimiento informado del titular o representante legal cuando corresponda, previo a la revisión de la historia clínica y recopilación de datos de ésta.”
CONSENTIMIENTO PARA PUBLICACIÓN
La publicación cuenta con consentimiento informado de los pacientes y fue aprobada por el Comité de Política Editorial de la
Revista Médico Científica CAMbios del HECAM en Acta 004 de fecha 2023/09/29.
FINANCIAMIENTO
Se trabajó con recursos propios de los autores.
Los autores reportaron no tener ningún conflicto de interés, per- sonal, financiero, intelectual, económico y de interés corpora- tivo.
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